Retos legales del marketing digital

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Por Joel Gómez Treviño

Varias veces al año salen al mercado nuevos y mejores dispositivos electrónicos, desde los tradicionales teléfonos inteligentes y tabletas, hasta drones, pantallas holográficas y dispositivos de vestir. Cada avance tecnológico representa una nueva oportunidad de hacer marketing de una manera novedosa, pero sobre todo, muchas veces abre una posibilidad de llegar a más gente en menor tiempo. De ahí la esmerada atención que se le ha puesto a los fenómenos informáticos del “big data” y el “internet de las cosas”, tanto por sus beneficios como por sus riesgos.

Debo reconocer que el derecho siempre irá varios pasos atrás de la tecnología. Los procesos legislativos son lentos por naturaleza, y usualmente los diputados y senadores están más preocupados por otro tipo de temas; legislar sobre temas tecnológicos no es una de sus prioridades.

En algunos países se dice que las mejores oportunidades para hacer negocios (particularmente los “disruptivos”) se dan cuando no están regulados. Tal vez sea cierto, la gente puede hacer mucho dinero con negocios innovadores o disruptivos que no están regulados, pero… ¿a costa de qué? En muchas ocasiones estos negocios se aprovechan de vacíos legales -o incluso de la ausencia total de regulación- para crecer desmesuradamente, a veces pisando a muchos en el camino.

Ante este panorama legal incierto o de lenta implementación, ¿podrían los marketeros tener un código de ética en la adopción de nuevas tecnologías como medio o estrategia para hacer publicidad? ¿Qué elementos podría tener ese código de ética? ¿Cuáles serían los retos legales a superar? A continuación comparto algunas ideas, traducidas en “derechos del consumidor en la era digital”:

El consumidor debe:

  • Conocer qué información tratas de él (datos personales).
  • Saber cómo obtienes dicha información, a través de qué medios o procesos.
  • Comprender de manera detallada para qué usas esa información, así como poder negarse a determinado tratamiento.
  • Entender si compartes o transfieres dicha información con terceros.
  • Autorizar (otorgar su consentimiento) de manera inequívoca el que trates sus datos personales para determinados fines, así como la transferencia de los mismos.
  • Poder revocar de manera inmediata su consentimiento para evitar que sigas tratando sus datos personales.
  • Ejercer sin dilación sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición en el tratamiento de sus datos personales.
  • Tener garantías de que adoptarás todas las medidas de seguridad necesarias –tanto físicas como técnicas y administrativas– para proteger sus datos personales contra robo, pérdida, alteración, uso, acceso o tratamiento no autorizado.
  • Tener garantías de que usarás siempre sus datos de manera confidencial y que respetarás la ley aplicable, así como cualquier otro acuerdo al que hayas llegado con él, a través de tu aviso de privacidad.
  • Poder acudir ante cualquier autoridad competente en caso de que sus derechos sean vulnerados.

¿Estás listo para enfrentar estos retos?