Ingress, la realidad aumentada, el tiempo real y tus datos personales

ingress

Por Ines Tornabene y Gustavo Nicolas Ogawa

Ingress es un juego de realidad aumentada que ocurre casi en tiempo real, por no decir que ocurre en tiempo real por unos escasos segundos o minutos.

En la realidad aumentada tenemos el mundo físico con una sobreimpresión de elementos virtuales, generando una percepción “mixta”, pero en tiempo real. Por lo general tenemos un dispositivo que capta el mundo físico y le “agrega” información digital. No se reemplaza lo que observamos en el mundo físico en forma directa con nuestros ojos, sino que se le suman más datos.

Ingress utiliza esta base tecnológica para desarrollar el objetivo del juego, que consiste en que dos ejércitos, los Iluminados y la Resistencia, luchen por controlar zonas geográficas del planeta. La energía que utilizan es la Materia Exótica y con ella se pueden llevar a cabo las acciones principales del juego, como conquistar y controlar portales, que son los puntos donde se encuentra la materia exótica.

Hasta ahí podría tratarse de un juego de consola o de pc, pero lo físico y lo virtual se superpone porque la energía se encuentra en puntos de interés geográficos concretos, como monumentos, edificios históricos, plazas, parques, fuentes, estadios, etc., que no tienen nada de virtual.

En este ir y venir de lo físico y lo digital, encontramos que los portales son controlados mediante la instalación virtual de resonadores, que son objetos que van a distinguir a un portal como ganado por uno de los dos ejércitos. Pero en el “mundo físico” vamos a tener una coordenada -combinación de latitud y longitud que nos permite conocer el lugar exacto de ubicación geográfica de cualquier elemento- bien real.

En toda esta visualización de elementos físicos y virtuales van a intervenir nuestros órganos perceptivos -bien reales- y nuestro dispositivo inteligente -que nos hace el aporte “aumentado” incorporado. Además, hay un aspecto psicológico a tener en cuenta, que es que las funciones mentales tienden a “unificar” la información sin hacer la distinción entre virtual y no virtual, por lo tanto la vivencia del juego se transforma en algo envolvente.

Hackeando, enlazando y creando áreas de influencia

“Hackear” un portal significa acercarse con el dispositivo, que a los efectos funcionará como un escáner a partir de una determinada distancia con relación al punto de energía, con el objetivo de extraer materia exótica y otros objetos. Una vez que se hackeó el portal virtual, el resto de los jugadores que se encuentre observando en ese momento el mapa mundial, puede ver como ese portal va a cambiar de color.

Luego que se conquistó un portal, el paso siguiente es enlazarlo con otro portal, ya que de esta forma se pueden generar áreas de influencia. Esas áreas tienen un valor de influencia global.

Al principio se van uniendo portales próximos, pero después, a medida que se avanza en el juego, se pueden unir portales de diferentes zonas. Los enlaces no pueden cruzarse, no importa de la facción que sea. Hay todo un tema estratégico en esto que es un tanto complejo de explicar en función del objetivo de esta nota. Lo interesante es que cuando un campo alcanza un cierto nivel de influencia va a llamar la atención a los agentes rivales, lo que va a propiciar la lucha entre los dos ejércitos.

Una de las posibilidades que tenemos es atacar los resonadores de un portal enemigo con la energía exótica que fuimos cosechando de los portales. Si el objetivo se logra, el portal va a ser conquistado y cambiará su color.

Un juego social

El objetivo del juego está claro, pero no es el único. No es un juego que se juegue desde una pc o consola sino con nuestro celular. Es un juego que exige movilizarse, y que se puede jugar mientras uno se está desplazando. De hecho, se supone que para poder progresar el ejército al cual pertenecemos tenemos que comenzar a contactarnos con otros agentes. Entonces, el objetivo latente del juego es que los agentes se pongan en contacto.

Si un agente rival ataca uno de nuestros portales y no nos encontramos allí, si bien existe la posibilidad de defenderlo a distancia, vamos a ver que es más eficiente una defensa por parte de un agente de la misma facción que esté próximo al lugar. Para eso Ingress tiene un sistema de mensajería interna con lo cual los agentes se pueden poner en contacto.

Pero ¿qué pasa con los datos personales?

Para poder participar del juego, tenemos que brindar a Ingress, o sea a Google, el acceso total a nuestro dispositivo.

Con el acceso total, nos encontramos brindando no sólo nuestra información estática -propia y la de nuestros contactos- sino también la información dinámica y que permanentemente vamos generando, ya que el juego se basa en la posibilidad de la geolocalización en tiempo real.

A medida que avanzamos en el juego, vamos a ir generando, incluso, nuestros propios caminos usuales más recorridos, cualquiera de nuestro ejército puede contactarse con nosotros.

Digamos en resumidas cuentas que cuando jugás Ingress Google no sólo tiene acceso a toda la información que podés tener o a la cual podés acceder desde tu dispositivo, sino que también sabe en todo momento en qué lugar estás con exactitud. Pero ¿sólo Google?

Una vez conquistado un portal, tomamos control de su “visibilidad” por decirlo de una forma sencilla. Nos convertimos en poseedores y receptores de la información que incumbe a dicho portal. Es de esta forma que podríamos tomar la locación de un enemigo u aliado cada vez que éste intente generar una acción en contra de nuestro portal, ya que la plataforma nos alerta vía Ingress e email que nuestro portal está sufriendo un ataque.

Mediante esta propiedad o “feature”, un usuario malintencionado podría asegurarse de conseguir la mayor cantidad de portales, no para ganar, sino para conseguir información de los recorridos del resto de los jugadores, y utilizar dicha información de manera malintencionada.

O sea, ya no se trata de Google accediendo a todos tus datos actuales y futuros, sino que todos los participantes del juego tienen la posibilidad de conquistar tus datos y hasta predecir tus movimientos, no virtuales, sino bien reales.

Recomendaciones

La primera recomendación que se nos ocurre es que no juegues Ingress si tenés un único dispositivo, ya que estarás exponiendo todos tus datos personales y perdiendo el control sobre ellos, además de permitir que tu localización geográfica sea conocida en todo momento, lo cual deja absolutamente en riesgo tu privacidad y tu intimidad.

En caso que, sin embargo, quieras intentarlo, ya que el juego es realmente atractivo, tratá de jugarlo desde un dispositivo únicamente dedicado al juego.

En este caso, igualmente te recomendamos tener mucho cuidado a la hora de entablar contacto y encuentros con los agentes, ya que el juego tiende a poner en contacto a los participantes, pero esto tenés que llevarlo a cabo con las recomendaciones usuales de seguridad que tenés que tener cuando te encontrás con personas que no conocés.

Tené en cuenta que nuestra locación va a ser informada al resto de los jugadores poseedores de un portal cada vez que iniciemos acciones contra el mismo.

En suma, Ingress es un juego atrapante, dinámico, muy movilizador y participativo. Pero altamente riesgoso para tus datos personales y para tu propia seguridad y la de tus contactos. No sólo Google puede acceder a toda tu información, rastrearte y hasta predecir tus movimientos, sino que cualquier otro participante puede hacerlo. Si jugás tenés que tener estas cosas en claro.