El 24 de Noviembre del 2013, los Hondureños acudieron mañaneramente como cada cuatro años, a ser partícipes y actores de su propio destino, de su propia democracia.
La elecciones presidenciales 2013 las más esperadas; publicitadas, concurridas y observadas por primera vez en la historia democrática de nuestro país 3,232,266 de hondureños acudieron a ejercer el sufragio a las 5,000 urnas desplegadas a lo largo y ancho de este pequeño terruño centroamericano.
Alrededor de 12,700 observadores se dieron cita para acompañar a Honduras en esta fiesta electoral, de los cuales 700 eran observadores extranjeros acreditados y 12,000 veedores locales de los diferentes partidos, sociedad civil etc.
Tuvimos el acompañamiento muy de cerca; antes, durante y al final del proceso por parte de La Organización de Estados Americanos (OEA) lo cual ha dado un gran respaldo a estas elecciones en materia de transparencia. No se implementó el tan anhelado voto electrónico sin embargo Tecnológicamente se dio un paso importante al utilizarse el sistema de cómputo electoral, procesamiento de resultados, escaneo y transmisión de resultados electorales, del Sistema Integrado de Escrutinio y Divulgación Electoral (SIEDE) transformándolo en el proceso más expedito hasta hoy.
Por primera vez en las elecciones de este año se pudo contar con el recurso más grande que una nación puede tener su juventud.
La Universidades públicas y privadas, apoyaron este proceso integrando a 6,000 de sus jóvenes, capacitados por el Tribunal Supremo Electoral para que fungiesen como custodios electorales, con el propósito de transparentar aún más el ejercicio democrático. La función que estos jóvenes desempeñaron fue vital, pues fueron ellos los encargados de facilitar las maletas electorales y todo lo relacionado a la instalación de las MER (Mesas Electorales Receptoras) fungieron como voceros del T S E, siendo los encargados de escanear las actas una vez firmadas y salvadas directamente desde la MER hasta el centro de acopio del Tribunal Supremo Electoral.
Los partidos sometidos a este gran escrutinio se comprometieron a no divulgar información a boca de urna, práctica común en el pasado, sino hasta las 6:00 p.m. del 24 de Noviembre siendo esta la hora oficial acordada. El proceso fue tranquilo, toda una fiesta catracha donde desde tempranas horas de la mañana (6:00 a.m.) se pudo observar kilométricas filas de ciudadanos ansiosos por comparecer a este llamado histórico. Cabe resaltar que se auguraba un ambiente de temor por posibles actos vandálicos y violentos, se rumoraba que la población tenía miedo y desconfianza, extremo que no se dio ni empañó la fiesta. A las 9:00 p.m. de ese día el Tribunal Supremo Electoral perfilaba como virtual presidente al Candidato oficialista Abogado Juan Orlando Hernández con un posicionamiento del 36.80% en cifras reales actualizadas equivale a 1,131,516 votos; seguido de la ex-primera dama Xiomara Castro de Zelaya con un 28.79% (885,260 votos) en representación del recién creado Partido Libre, un 20.28% ( 623,407 votos) el también abogado Mauricio Villeda Bermúdez por el Partido Liberal; el Ingeniero Salvador Nasralla con un 13.52% ( 415,860 votos) por el partido Anti- Corrupción (PAC), primerísima vez en escena. 0.20% (6,106 votos) para el General Romeo Vásquez y el recién creado Partido Alianza Patriótica 0.17% (5,099 votos) Para el Señor Orle Solís en representación de la Democracia Cristiana (DC), 0.14% P (4,443 votos) para el Señor Jorge Rafael Aguilar Paredes por el Partido Innovación y Unidad (PINU) y El 0.10% ( 3,060 votos) para el Señor Andrés Pavón Murillo y el también recién creado Partido Frente Amplio Popular en Resistencia (FAPER) en fusión con el Partido Unificación Democrática (UD)
El pueblo Hondureño ha sido alabado por su participación en el fortalecimiento de la Democracia a través del sufragio, donde el factor determinante fue la masiva concurrencia ciudadana y el respeto a la protección de esa voluntad. Como es común en estos procesos se puede recoger un panorama de gozo, triunfo y algarabía; pero también hemos podido ver mucho sufrimiento falta de reconocimiento por algunos actores políticos, impugnaciones, denuncias de fraude (por aquellas partes que no dan crédito a semejante revés) irregularidades e inconsistencias en el conteo de actas; personajes históricos de los partidos tradicionales que no han sido reelectos y que han recibido un duro golpe a su orgullo propio. Estos ingredientes son necesarios pues transparentan las elecciones dando cabida y apertura al uso de las instancias legales que deben resolver cualquier ápice de ilegitimidad que le pueda restar crédito a dicho proceso. Hoy el pueblo ha dado categóricamente una lección de democracia a través de su voto respaldando o negando el privilegio de ser servidor público. El pueblo ha pasado factura al mal proceder, a la falta de compromiso y de voluntad, a la práctica antigua del compadrazgo y conveniencia política en cada categoría sometida al escrutinio.
Este panorama ha dejado una clarísima lección con la participación concurrida de los y las ciudadanas donde el 95% de los votos fueron válidos, se venció el voto duro, el voto blanco y el abstencionismo; esto para nosotros es histórico como histórico que el partido en el poder haya recibido el beneplácito de la reelección.
Acto seguido después de dilucidar la victoria que corresponde al Partido en Oficina, concurrieron como es costumbre a avalar este proceso; nuestro Ombudsman Señor Ramón Custodio, El Centro Carter de Estados Unidos, La Unión Europea, Hagamos Democracia, el IAIP etc, de igual forma se unieron al reconocimiento los países hermanos de la región y del mundo. Como un borrón y cuenta nueva y como quien cierra un ciclo La Corte Penal Internacional, ha dejado por sentado que después de un análisis cuidadoso de los hechos imputados a raíz del golpe de estado en 2009, no existe una base razonable para creer que los actos atribuidos a las autoridades hondureñas en ese tiempo constituyan crímenes de lesa humanidad; este hecho nos alivia pues limpia la cara de una gastada Honduras a los más altos niveles internacionales. (Tomado de Diario el Heraldo de Honduras edición 11009; Domingo 1ero de Diciembre año 2013)
El próximo gobierno hereda una bomba fiscal a punto de explotar, un país con altos índices de violencia, batalla abierta contra el narcotráfico y la corrupción, retos en materia de empleo, salud, educación, seguridad social para mencionar algunas achaques generales; sin embargo depositamos en la urnas nuevamente la esperanza el crédito y confianza como aval, con la advertencia que cada 4 años tenemos una cita ineludible con la democracia donde el actor principal (el pueblo) retoma su papel estelar.
Se debe aprovechar para hacer algunas consideraciones relacionadas con la materia en protección de datos:, que afectan no solo a este, si no a otros procesos electorales:
En la concepción democrática, el pueblo no delibera ni gobierna, sino a través de sus representantes, como recogen las diferentes Constituciones Iberoamericanas. El ciudadano es el protagonista del proceso de selección de precandidatos y candidatos en un sistema electoral, para que posteriormente lo representen en sus derechos e intereses, y gobiernen respetando sus garantías. Los derechos económicos, sociales y culturales; civiles y políticos, se ven reflejados en las elecciones que cada individuo, protagonista de su presente histórico, elecciones que realiza en su derecho a sufragar, en el acto político del voto.
La protección de datos personales en el proceso tradicional de elección está establecida en los diferentes ordenamientos legales de Iberoamérica, donde se puede observar a través de su historia constitucional una fuerte y creciente tradición a los valores democráticos, donde se reafirma el secreto en la identidad del elector, y la elección política de quien lo representará; la opción que mediante su voluntad y raciocinio cree que es la mejor para la representar a la ciudadanía. Este principio se incorpora en los términos “universal, igual, libre y secreto para la elección de sus representantes”, salvaguardando la identidad del votante, la elección del elector.
El secreto del voto en la identidad del elector y preferencia política, garantizan la libertad y las trasparencia en la elección, durante todo el proceso electoral, desde su apertura hasta el escrutinio, conclusiones oficiales, publicidad, y posteriores acontecimientos.