Documentos consulares, bases de datos y privacidad en Perú

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Por Daniel A. López Carballo

Según se hacia eco el medio “Peru21.pe”, la Superintendecia Nacional de Migraciones peruana, anunciaba que los pasaportes electrónicos se expedirán desde este año, y que dicho documento, así como los carnés de extranjería, contarán con un chip que almacenará la información fundamental de los usuarios.

Con esta medida se pretende elevar el nivel de seguridad de los documentos acreditativos  y agilizar el control migratorio en el Perú. El superintendente Edgar Reymundo explicó que la característica principal de los nuevos documentos peruanos es el chip que utilizarán y que almacenará información fundamental como los datos personales, la huella digital y la firma electrónica del usuario “con este dispositivo que ofrece máxima seguridad en materia de identificación, ambos documentos dejarán de ser vulnerables ante intentos de falsificación”.

Este nueva medida deberá contar con las medidas de seguridad necesarias para la protección de los datos de carácter personal de los ciudadanos, y tal como hacía referencia el Juez Segundo de Garantías Constitucionales de Colombia, Alexander Díaz García, como “tratamiento de datos personales consulares en el Perú, pensamos que su transferencia a terceros, deberán estar homologados con estándares de seguridad”.

Este hecho toma más relevancia cuando hemos conocido, a través del mismo medio de comunicación, que se están produciendo grandes vulneraciones a la privacidad en el ámbito de la protección de datos, como se señala en el artículo titulado “ofertan hasta historias clínicas en mercado negro”.

Se debe tener en cuenta que, conforme al nuevo Reglamento de protección de datos peruano, la mayoría de entidades públicas y privadas están obligadas a informar sobre sus mecanismos de seguridad, salvo las instituciones vinculadas a la defensa nacional, de las encargadas de la seguridad pública y de las que tienen la función de investigación y persecución del delito. Así mismo se debe identificar con exactitud de dónde salió la información.

Por su interés reproducimos el texto de la noticia publicada el domingo 31 de marzo de 2013.

“Si usted ha solicitado un crédito hipotecario pero, en el lapso de la evaluación, su médico le detecta un cáncer, esté alerta: las entidades financieras podrían obtener su historia clínica en el mercado negro y, así, declararlo “insolvente”. Es decir, esa valiosa información personal ya no solamente es usada por el hampa para identificar a sus potenciales víctimas, sino también por prestigiosas empresas.

En galerías de la avenida Wilson, en el Centro de Lima, se venden impunemente bases de datos personales de entidades públicas y privadas, entre las que figuran las del Reniec, Sunarp, clínicas, empresas de telefonía, bancos, compañías de seguros y otras.

Así, a través de este ilícito negocio, las organizaciones delictivas acceden a información de cuentas bancarias, números telefónicos y hasta propiedades de sus víctimas. Esos datos se ofertan en DVD, CD, USB y documentos impresos. Los inescrupulosos vendedores cobran entre 80 y 200 soles por estos, dependiendo de la ‘calidad’ de la información.

Según la Policía Fiscal, este tipo de ventas ha sido detectado en galerías de las cuadras 11 y 12 de la Av. Wilson, así como en puestos ambulantes frente a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

“En base a esos datos se pueden perpetrar secuestros y extorsiones”, señaló el coronel PNP Williams Espinoza, jefe de la División de Derechos Intelectuales de la Policía Fiscal.

Sostuvo que las mafias que comercializan estos productos se han sofisticado para evitar que las identifiquen. “Ahora, estos dispositivos son encriptados”, refirió Espinoza.

Informó que, durante el 2012, la Policía Fiscal incautó alrededor de 100 mil discos piratas, de los cuales un 5% (cinco mil) contenía bases de datos personales.

TRÁFICO DE INFORMACIÓN

Pero los datos personales no solo benefician al hampa. Las empresas privadas también usan esta información en perjuicio de los usuarios, según advirtió Álvaro Quiroga, jefe de la Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

“Lo que se sabe es que en este mercado informal circula una gran variedad de información privada, incluso historias médicas. Con esto, un banco puede negarle un crédito a alguien a quien, por ejemplo, se le ha detectado cáncer”, dijo.

Manifestó que, al entregarle información personal al banco, clínica o EPS, entre otros, una persona queda totalmente retratada. Por eso, “el ámbito de acción en perjuicio de los usuarios es ilimitado”.

Detalló que, en el 2010, un sujeto amenazó con vender sus órganos porque estaba desesperado al no encontrar trabajo. “Él figuraba en las centrales de riesgo y, pese a que esta información es, supuestamente, del ámbito crediticio, había sido transferida a los reclutadores de recursos humanos y, por esa razón, nadie lo contrataba”, aseveró.

EJECUTIVO DE CUENTAS

Pero, ¿cómo llega esta información al mercado negro? Debido a que las entidades no tienen un control sobre sus bases de datos, sus mismos empleados sacan copias de estas y, luego, las venden.

“En muchas ocasiones, son los ejecutivos de ventas de los bancos y de las entidades comerciales quienes se llevan este material cuando cambian de trabajo. Después llega a Wilson”, advirtió Quiroga.

La privacidad y la protección de la información como mecanismo de garantías de los derechos fundamentales de las personas (derecho al honor, a la privacidad, secreto profesional, …) es un trabajo de todos, de las empresas que deben cumplir con la legislación vigente y adoptar las medidas de seguridad necesarias, de la Administración que debe vigilar y observar por el correcto cumplimiento de la Ley y del propio ciudadano sobre sus datos e información, debiendo acudir a los mecanismos legalmente constituidos para evitar la vulneración de sus derechos fundamentales.

Fuente de los artículos e imágenes: Perú21.pe