Los menores y el marketing de los colegios en Argentina

Por Sebastián A. Gamen

Que mejor publicidad para un colegio que la imagen de sus alumnos felices, jugando y disfrutando sus actividades. El marketing se desarrolla en las redes sociales y hay que generar contenido cueste lo que cueste. No queda colegio, o guardería infantil que no venda sus servicios educativos usando imágenes de sus alumnos.

Claramente para publicar esas fotografías en internet o en las redes sociales se precisa el consentimiento expreso de los padres, de los dos.

Estando en juego el derecho de los menores a sus datos, la imagen es un dato, no puede haber ambigüedades, no puede haber un consentimiento amplio. Y muchas veces se observa que esas autorizaciones son realizadas a la ligera, sin un claro compromiso por los derechos y bienestar de los menores. Debe existir un plazo para el uso de la imagen, pero también se debe dejar claro en que redes sociales se publicarán las fotos, la finalidad, quién será el administrador, o el tipo de información que se subirá a la web.

Generalmente, y estratégicamente las autorizaciones son entregadas con la renovación de la matrícula generando el falso temor de los padres de que si no se firma podría el colegio no reinscribir al menor, y siempre está el miedo de ser los únicos, los locos que no quieren que la imagen de sus hijos riegue las redes sociales.

Como padres la decisión no es sencilla. No dar el consentimiento, algo que debiera ser la regla, podría implicar que se excluya a nuestros hijos de los actos o actividades del aula. ¿De qué modo se les explica a los chicos que sus padres han preferido resguardar su imagen y por ello no pueden aparecer en las fotos?

La ley de protección de datos personales, además de proteger los datos de los menores exigiendo el consentimiento de ambos progenitores, requiere por parte del colegio de la inscripción de la base de datos. Las fotos son almacenadas por el colegio y por tal razón la institución debe estar registrada para garantizar los derechos de acceso, rectificación y cancelación de los datos, en este caso las fotografías de los chicos.

Si por un lado requerimos leyes que eduquen sobre el uso responsable de internet, queremos enseñarles a los niños sobre la protección de sus datos y el resguardo de su privacidad, deberían los colegios no abusar de las redes sociales.