¿Cómo el Internet de las Cosas puede cambiar nuestra forma de trabajar?

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Por Heidy Balanta

Tecnologías y dispositivos unidos por la movilidad y la rentabilidad.Imagínese por un momento en su lugar de trabajo y que necesite a un compañero de manera urgente pero este no se encuentra en su escritorio, ahora con solo acceder a su celular o a la pantalla de su computador tiene la posibilidad de localizarlo, identificando exactamente en qué lugar de la empresa se encuentra. Ahora imagínese una escena donde usted trabajaba en un proyecto que requiere de la mayor reserva pero debe ausentarse urgente de su oficina y su computador se bloquea de forma automática porque usted no está cerca del aparato.

Pues bien, esto no es tan descabellado, son los múltiples beneficios que tiene el Internet de las Cosas, (IoT por sus siglas en inglés). Internet de las Cosas es la “infraestructura mundial de la sociedad de la información, que ofrece servicios avanzados interconectando cosas (físicas y virtuales) utilizando las tecnologías de la información y la comunicación compatibles existentes y en evolución”, según el artículo ‘Internet de las cosas – Máquinas, empresas, personas, todo’ de la UIT.

Este tipo de tecnología está transformando la forma en que nos comunicamos, cómo vivimos, la manera de hacer negocios y, por supuesto, los lugares de trabajo. Podemos hablar de tecnologías emergentes, como aquella para ‘llevar puesta’, entre la que se cuentan los dispositivos relacionados con la actividad física de las personas, o aquella relacionada con los espacios propiamente, conocida como domótica.

Estas tecnologías generan una importante ventaja competitiva y productiva al momento de trabajar. Incluyen todo lo relacionado con accesorios que permiten conectarse a Internet, como relojes o gafas que facilitan realizar más de dos tareas al tiempo. Así mismo, premian la flexibilidad en el trabajo, realizando actividades laborales desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Cuando hablamos de Internet de las Cosas en los lugares de trabajo estamos hablando de eficiencia, donde los espacios laborales se adaptan a las dinámicas de las personas y permiten automatizar algunas actividades empresariales. Por ejemplo, la detección de entrada y salida de personal en espacios de oficinas, el tiempo de permanencia en un puesto de trabajo, los espacios de cafetería o de reunión; más que vigilancia, el IoT en el ámbito laboral permite saber cuál y cuánto es el uso real que se le están dando a los espacios, información que le permite a un gerente la posibilidad de replantear la forma en que tiene organizada una oficina y de paso considerar implementar horarios flexibles, teniendo en cuenta la actividad laboral que se genere en un periodo determinado.

Las molestias que a veces supone reservar o buscar una sala de reuniones se acaban con el IoT, el solo hecho de ubicarme en un espacio genera en el sistema la información de que ya se encuentra reservado, evitando la molestia para otras personas de recorrer todo un edificio en busca de una sala desocupada.

También, en el escenario donde tengamos compañeros de trabajo que no conozcamos o reuniones con clientes o personas externas a la organización, a través de teléfonos inteligentes es posible conocer la información de esas personas, todo mientras nos encontramos en el sitio de trabajo.

Y si el temor es la seguridad informática, esta no sale para nada menospreciada con el Internet de las Cosas, pues se puede bloquear o desbloquear el computador con tan solo entrar o salir de la oficina.

Todos estos aspectos que parecen futuristas se han ido incorporando de a poco a los lugares de trabajo con el objetivo de mejorar la eficiencia en las organizaciones y ahorrarles tiempo a los trabajadores.

Empresas que conocen muy bien cómo están invirtiendo sus recursos y cómo pueden hacer un uso más provechoso del mismo; trabajadores que mejoran su productividad, identificando cómo ahorrar tiempo; así es como el Internet de las Cosas aporta a los escenarios laborales, ahorrando tiempos cortos que, sumados en el día o la semana, generan un impacto positivo en la distribución efectiva del tiempo y los recursos.