Identidad digital, concepto y protección

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Por Edgar David Oliva Terán

La identidad no es un concepto contemporáneo, puesto que este siempre existió para poder diferenciar a los individuos, pero en una revolución como lo es la informática y de la información, el concepto de identidad ha cobrado mayor importancia al concebirse dentro de internet, es por ello que hablamos de identidad digital, la misma que sirve para identificar a los sujetos que interactúan por la web, mismos sujetos quienes reciben el nombre de “usuarios”.

Es el internet un espacio masivo de usuarios, donde muchas veces surge el temor, de no saber con quién se está conversando, de si es o no es quien dice ser, es por ello que la identidad digital podría llegar a ser útil cuando cumple su labor de identificar a los usuarios, por ello se entiende que el internet a acercado a sujetos que se encuentran tan distantes, cuya única forma de conocerse es mediante los datos que se plasman en internet.

Hay que entender a la identidad digital como el rastro que los usuarios de internet dejan registrado y disponible para todos los demás usuarios, estos rastros se generan a causa de la interacción en redes sociales o contenido publicado en plataformas web. Para posteriores efectos jurídicos, se podría comprender que la identidad digital otorga el derecho subjetivo a terceros para opinar o no sobre nuestra persona (reputación digital), en una sociedad interconectada y cuyo lenguaje se ha cifrado en la información, se puede establecer que nosotros somos lo que publicamos.

La identidad digital nace en la trayectoria que realizan los usuarios de internet dentro de las redes sociales, cada imagen, cada comentario y publicación no es más que la manifestación del usuario, y todos aquellos contactos que visualizan dicha información, generan a su propio saber y entender un criterio sobre el usuario que facilito toda aquel contenido.

La formación de la identidad es algo casi inconsciente, pues se forma a medida que nos desplazamos por el ciberespacio, es así como cada contacto cuenta, al igual que cada pensamiento que registramos en nuestras diversas redes sociales. Nosotros decidimos ser sujetos activos del internet, fue nuestra decisión perpetuar mediante el registro de nuestras ideas y diario vivir, el quiénes somos y como nos comportamos.

Y la identidad digital no es más que eso, el cómo nos mostramos ante el mundo a través de internet, en otros aspectos, quizás en otras épocas, hablar del “mundo” podría ser algo exagerado, sin embargo, el internet es tecnología que nos permite preocuparnos de la mirada del mundo, pues es el mundo quien comparte de forma rápida y cercana, contenido para nosotros y nosotros publicamos para el mundo. Tal como afirma Roberto Ruz “En redes sociales todos somos figuras públicas…”[1] nos encontramos constantemente alimentando con información a nuestros contactos, y por ello somos visibles ante todo aquel que decida buscar nuestro nombre en internet.

Si bien la identidad digital, en primera instancia es generada por nosotros, se debe recordar que son otras personas también las que pueden ayudar a generar esta información, con solo subir fotografías, comentarios y diversas actuaciones que puedan ser digitalizadas e indexadas a nuestro nombre, se estaría contribuyendo a nuestra imagen digital.

Las redes sociales si bien son círculos medianamente privados entre el usuario y sus contactos, la información vertida dentro de estas plataformas sociales, son públicas para la web en general, claro si es que uno no ha configurado lo establecido por defecto en cuanto a la indexación con motores de búsqueda como ser google, esto solo es una muestra de que la imagen que se muestra sobre cada persona, no es algo de permanencia propia de una red social en específico, y no son contados los contactos que pueden acceder a esta información, sino que se debe hablar de usuarios de internet y ya no de contactos de redes sociales.

Es obligación de cada uno cuidar que imagen se genera en internet, en el entendido de que es por nuestra identidad digital que se gana presencia en la esfera laboral, somos libros abiertos para las empresas, para los clientes, la seriedad de la persona ahora se puede visualizar tal como se visualiza una hoja de vida, pues ahora existen redes sociales para concretar relaciones laborales,  y para los más jóvenes, es por la identidad digital que uno sienta bases para su honra y respeto en el trato humano. Son los más jóvenes los mismos que por no haber recibido una educación moral en el uso de las redes sociales, pueden llegar a hacer público lo íntimo, y divulgar así aquellos aspectos de la esfera privada que eran concernientes solo a amigos de confianza, mismos aspectos que ahora se encuentran en disposición de contactos no conocidos y más aun de usuarios de todo el globo.

Es esto la identidad digital, una imagen que se forma sin que uno se dé cuenta, simples huellas de la actividad humana en un espacio donde todo se registra, no es más que un recordatorio de lo que hicimos, y es así como nos recordara o conocerá la gente.

[1] Roberto Ruz, Eres lo que publicas, Ebook gratuito