La privacidad y los datos personales en la red

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Por Aristeo García González

1. La privacidad y los datos personales: El nuevo petróleo.

Cada época tiene su historia y tiende a caracterizar por la aparición de algún elemento importante, tal como aconteció con la televisión y la radio en su momento. Hoy en día, la llegada de Internet y las redes sociales tiende a caracterizarse por una serie de elementos tecnológicos, emocionales y culturales que hacen de nuestra existencia una extraña red de relaciones y una nueva forma de comunicación y expresión[1].

Sin embargo, uno de los problemas a los que se enfrenta hoy en día nuestra privacidad y los datos personales, es sin duda, el creciente uso de Internet y las redes sociales, cuyo desarrollo y expansión han creado un nuevo espacio en el que las relaciones personales están teniendo un mayor protagonismo.

Internet ya no es sólo un medio a través del cual podemos obtener información, ahora se ha ido adaptando a las nuevas realidades, su uso permite la recopilación, el tratamiento y la transmisión de una gran cantidad de información, incluso, referente a nuestra propia persona, toda vez que, en cada conexión que realizamos vamos dejando rastros que pueden ser captados por numerosos actores. Las redes sociales no son la excepción, a través de ellas también se puede obtener –nuestra– información valiosa concerniente a nuestra propia persona.

De ahí que pueda afirmarse, nuestra privacidad se ha convertido en la nueva forma de hacer negocios, es decir, “Data isthe New Oil[2]. Toda vez que la información personal que circulan en Internet y en las redes sociales, incluso, por el uso de celulares inteligentes o los sistemas de geolocalización, etc., conforman una extensión de nuestra propia vida, de nuestra propia privacidad.

Más aún, nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, así como los comentarios, fotografías, etc., que hacemos públicos, sobre todo, en las redes sociales, nos colocan en la escena pública y, en algunos casos, nos convierten en el nuevo espectáculo social auspiciado por nosotros mismos.

De ahí que ya no debe resultarnos extraño que cada día los tradicionales medios de comunicación, como los periódicos, la radio y la televisión hagan pública información personal que se encuentra dispersa en Internet, o que se encuentra almacenada en las grandes bases de datos que se ubican en cualquier parte del mundo, o que hemos publicado en algún vínculo web, tal es caso de YouTube, Google y Facebook, etc., puede llegar a convertirse en la noticia del momento.

Ya lo apuntaba el francés Debord en su obra sociedad del espectáculo, “la persona cada vez más está siendo tratada aparentemente como una persona importante”[3], a pesar de que  –en la mayoría de los casos y por desconocimiento– su privacidad pueda verse vulnerada.

Cabe recordar, hoy en día el contenido de nuestra información personal se constituye por aquellos datos personales que nos identifican o nos hacen identificables frente a los demás, ya sea de manera directa o indirectamente, en particular, mediante un número de identificación o uno o varios elementos específicos, característicos de nuestra identidad física, fisiológica, psíquica, económica, cultural o social[4].

En el caso de las Internet y las redes sociales, nuestros datos personales consistentes en sonidos, videos e imágenes, también revisten importancia, esto, como consecuencia de las modernas técnicas para, para captar, transmitir, manejar, registrar, conservar o comunicar los datos relativos a las personas físicas[5].De ahí que pueda decirse, hoy en día nuestra información personal se está convirtiendo en una mercancía, esto, como consecuencia del mal uso y manejo que estamos haciendo de la misma.

2. El precio de nuestra privacidad en un mundo global y sin fronteras.

Internet y las redes sociales funcionan a través de información de cualquier tipoque se genera en cualquier parte del mundo, nuestros datos personales, no son la excepción, esto, como consecuencia de la incesante publicación que nosotros mismos realizamos sobre nuestros gustos, hábitos, intereses, etc., lo cual le permite a las empresas crear perfiles personalizados en base a la información que nosotros mismos generamos.

Una foto, un vídeo, un comentario, una conversación, la publicación de pensamientos, sentimientos y emociones en las redes sociales es el nuevo escenario donde cada uno de nosotros mostramos una serie de atributos que definen nuestra personalidad online y que nos distingue frente a los demás.

Atrás se están quedando los sujetos que se sentaban frente al televisor o escuchaban la radio, ahora nos podemos convertir en la noticia del momento. Pues, ya no sólo acudimos a la red para obtener un servicio o información, ahora también estamos contribuyendo a su crecimiento, sobre todo cuando hacemos una descripción de nuestro perfil de usuario en alguna red social, con ello, estamos alimentando las grandes bases de datos que se encuentran dispersas por todo el mundo, es decir, estamos proporcionando información personal que sólo nos concierne a nosotros mismos.

Entre más completo esté nuestro perfil en una red social, más sentido tiene nuestra pertenencia en ella, lo cual puede aumentar nuestra interrelación con otros usuarios, a veces conocidos por nosotros, otras veces no tanto. A pesar de que podemos establecer distintos perfiles –público, privado o íntimo–, casi siempre optamos por establecer un perfil público, aún y cuando dicha exposición, pueda llegar a causarnos graves problemas, a la hora de querer controlar nuestra identidad  y los datos que la forman.

De ahí que pueda decir que, atrás ha quedado a la época de los papeles para dar paso a los medios electrónicos, a través de los cuáles ahora se puede crear una identidad digital con nuestra información personal, poniendo al descubierto a la hora de hacer uso de los medios informáticos, en algunos caso de manera voluntaria, mientras que en otros, lo hacemos con la intención de pasar a formar parte de la nueva sociedad de la información y la comunicación global.

En palabras de JEFF JARVIS se trata de una “Publificación[6], es decir, una nueva forma de “compartir información, pensamientos, acciones, o bien, de reunir a un grupo de personas para que puedan compartir ideas, causas o necesidades”[7], tal como lo estamos haciendo en las redes sociales, pues, a través de las mismas podemos compartir y develar información que sólo nos concierne a nosotros mismos.

Sin embargo, a la hora de querer controlar nuestra información personal, una vez que hemos construido una identidad digital en Internet, pensamos que la información que hemos proporcionado se encuentra dentro de nuestro círculo de control y confianza. Sin embargo, tiene una difusión y alcance exponencial y descontrolado, ya que una vez que queremos cancelar los datos que subimos a una red social, esto, no se hace del todo efectivo, la información ya permanece o pasa a formar parte de otra base de datos que puede llegar a utilizarla para otros fines. De ahí que pueda decirse que, nunca como ahora nuestra privacidad se había tan visto amenazada.

Lo anterior, se hace evidente cuándo no se tiene consciencia acerca de la publificación que realizamos en las redes sociales, tal como aconteció con el despido de varios trabajadores: Un vigilante de Georgina, Estados Unidos, perdió su trabajo después de que las autoridades descubrieron que envió una solicitud de amistad y tuvo conversaciones por Facebook con una reclusa[8]; trece trabajadores, luego de que la aerolínea VirginAtlantic descubriera que habían dejado mensajes en las redes sociales criticando a los pasajeros. La aerolínea manifiesto que el comportamiento de sus empleados eran “totalmente inadecuados” y, por ende, “puede llevar a la compañía al descredito”[9].

Pero, no sólo la Publificación en las redes sociales puede causar un disgusto, la difusión en Internet de nuestro pensamiento, sentimientos y emociones, también puede colocarnos en el punto de mira, al grado de convertirnos en un noticia internacional Tal como aconteció con un video colgado en YouTube, titulado “Mi historia”,

Sin pronunciar palabra, simplemente con tarjetas escritas, Amanda Todd, joven estudiante canadiense explica el acoso que sufría desde hace tres años en el colegio y a través de Internet, se suicida[10]. En su videoTodd explica que cuando tenía 12 años un desconocido que conoció a través de la red la convenció para que le enseñase los pechos. Un año después, el hombre la contactó a través de Facebook y demandó que se desnudase ante la cámara a cambio de no distribuir imágenes de su primer encuentro. Poco después, la policía se presentó en la casa de la joven porque las imágenes habían sido distribuidas a sus profesores, amigos y familiares[11].

Por otro lado, a través de Internet también podemos llegar a convertirnos en sospechosa, esto, por utilizar ciertos términos en una red social, tal como se recoge en un informe publicado por la Fundación para la privacidad en línea de Londres, donde se señala que, la elección de algunas palabras puede llegar a indicar rasgos de la personalidad, a través de los cuales se puede llegar a identificarse amenazas potenciales, lo cual que puede ser utilizada por los empleadores a la hora de realizar alguna contratación[12].

De hecho, actualmente, algunos gobiernos se han dado cuenta del valor de la información colgada en las redes sociales y le beneficio que podía representar para los servicios de inteligencia en búsqueda de persona relacionados con algún hecho ilícito[13]. Derivado de lo anterior, cabría preguntarse, si efectivamente ¿Puede llegar a considerarse a una persona una psicópata por lo que publica en una red social?

De igual forma, podríamos preguntarnos ¿Qué sucede con los videos y fotografías que publicamos en las redes sociales o que aparece en Internet?  Hace poco en uninforme de Internet WatchFoundation, se puso de manifiesto que el 90% de las imágenes y videos con contenido sexuales que son compartidas por los usuarios acaban en sitios porno[14]. No cabe duda, tal como se ha venido contando, una vez que subimos a Internet y las redes sociales videos y fotografías perdemos el control de las mismas, más aún, no sabes a donde pueden ir a parar.

La realidad es que Internet tiene un precio: nuestros datos. Puesto que cada día se constituyen como una propiedad muy valiosa para las empresas. De ahí que proveedores como Google are setting the bar high with their goal of “organising the world’s information” and many businesses are following by adopting strategies of data acquisition for its own sake.Google se estén dando a la tarea de «organizar la información del mundo» y a lo que muchas empresas se están sumando.

Las empresas mediante estrategias de marketing y con la intención de obtener más información que les sea útil, como en el caso de Amazon, ya que una vez que realizamos alguna compra, nos sugieren productos de acuerdo a nuestro historial de compra, las agencias de viajes, a través de las reservas que realizamos por Internet, nos envían publicidad acorde a nuestros gustos de viaje, es decir, nos envían información personalizada en base a la que nosotros mismos proporcionamos[15].

Internet y los sofisticados equipos tecnológicos, con los cuales podemos realizar movimientos bancarios, llamadas telefónicas, biometría,  tecnologías de geolocalización en los dispositivos móviles y cualquier información generada por usuarios y dispositivos, de la que se guarde registro en plataformas digitales,forman parte de este nuevo universo al que el sector tecnológico ha denominado big data, es decir, se trata de grandes cantidades de datos[16]nuestros datos.

Ya no es cosa de ciencia ficción, es real. Por ello, ahora las empresas a fin de poder sacarle partido a este nuevo petróleo, a pesar de que todavía hacen falta muchas refinerías, es decir, supercomputadoras que puedan conocer el mar de datos que circulan a diario por Internet o aplicaciones que permitan adaptar esta tecnología a nuestras necesidades, a diario nos bombardean con publicidad, esto, con la intención de que nosotros mismos les proporcionamos información para la promoción de nuevos productos o servicios.

De ahí que, cada vez más la tendencia tecnológica se está centrando en el cúmulo de información con la intención de sacarle un mayor partido mediante una minería[17] de las grandes cantidades de datos, a partir de la cual busca la predicción de escenarios futuros, es decir, se busca construir modelos predictivos y recomendaciones para entender a los consumidores como individuos”[18].

El ejemplo más evidente se encuentra en línea, esto es, a través del cruce de datos internos de las empresas, junto con información demográfica y de comportamiento de los consumidores dentro y fuera de la red, es el caso de Amazon o plataformas como Facebook, las cuales son capaces de “predecir” los intereses de los usuarios a fin de proponerles ofertas y productos que podrían interesarles e incrementar las intenciones de compra. De hecho, Acxiom[19], una de las empresas intermediarias de datos más grande del mundo. Seguramente ahora está hurgando en nuestra información personal o está recopilando lo que estamos haciendo en Internet o en una red social.

Sin duda, todo ello es posible, gracias a que en la gran mayoría de los casos “no tenemos idea de que nuestros datos personales e íntimos pueden estar a la venta o que, en nuestro paso por Internet vamos dejando huellas”. Incluso,  luego de haberlos difundido o hecho públicos en Internet o en un red social.

De ahí que cabría preguntarse ¿Quién hace desaparecer una imagen difundida por Internet? ¿Quién elimina por completo un correo electrónico? ¿Quién elimina un comentario publicado por nosotros mismo en nuestro muro de Facebook? ¿Quién reparará el daño causado a nuestra privacidad, al honor o nuestra propia imagen?

Una primera respuesta –quizála más importante– depende de nosotros mismos. Toda vez que, el buen uso que hagamos de nuestra información personal, precisamente, depende de cada uno de nosotros, a fin de que no se vea trastocado nuestro espacio propio y reservado, o bien, sino queremos ser la próxima noticia del momento.

De ahí, la importancia de crear una mayor cultura en las personas, sobre el uso que deben darle a su información personal, sobre todo en las redes sociales. Por tanto, puede afirmarse, la información que los usuarios divulgan en las redes sociales, nunca es privada[20],

Dado que, a través de la misma se puede llegar a crear un perfil  personal, sin hacerlo del conocimiento al usuario sobre los riesgos y la seguridad del mismo. Incluso, si la propia red no proporciona la información de sus usuarios a terceras compañías, se presenta como un problema de seguridad, afectando con ellos, principios y derechos que forman parte del derecho fundamental a la protección de los datos personales, convirtiendo entonces la información de la persona en el nuevo petróleo.

Otra respuesta, se puede encontrar en la norma. Sin embargo, mientras en la misma no exista un compromiso de colaboración, que este acorde a los tiempos modernos y con efectos jurídicos amplios, salir de la red, limpiar nuestra reputación online o mantener a salvo nuestra privacidad, tal vez sea una tarea titánica.


[1] Sobre esta nueva realidad han ido apareciendo diversas obras que análisis los efectos que se están haciendo presentes en esta época, entre otras puede verse, Vincenzo, Susca, Deleite trágico. Las formas elementales de la vida electrónica, Barcelona, Editorial Península, 2012; Morozov, Evgeny, El desengaño de internet. los mitos de la libertad en la red. Barcelona, Ediciones Destino, 2012; Beck, Ulrich y Beck-Gernsheim, Elisabeth, Amor a distancia. Nuevas formas de vida en la era global, Barcelona, Paidós, 2012; Champeau, Serge y Innerarity, Daniel, Internet y el futuro de la democracia, Barcelona, Paidós, 2012; Suárez Sánchez-Ocaña, Alejandro, Desnudando a google. La inquietante realidad que no quieren que conozcas, Barcelona, Ediciones Deusto, 2012; Solove, Daniel J., Thefuture of reputation. Gossip, rumor, and privacy on the internet, United, States of America, Caravan Book, 2007.

[2]losdatos son el nuevo petróleo”. Así como el petróleo haalimentadonuestras economíasen un gradocada vez mayorcomo la materia primade la tierrase ha refinado enuna gama más ampliade productos. Decombustible de aviacióna los plásticoscomplejos, esla gama de aplicacionesquehace que el petróleosea tan valioso. Hoy en día lo mimos está aconteciendo con nuestros datos personales. Vid. Aradas Anahi, “Nuestros datos personales son el nuevo petróleo”, BBC Mundo, edición digital, de 16 de abril de 2012, en la página web http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/04/120416 [accesada 10 de agosto de 2012].

[3][…] las simples imágenes se convierten en seres reales y en las motivaciones eficientes de un comportamiento […]”. Vid. DebordGuy, La socièté du spectacle, Buchet-Champ, Paris, 1967 [Traducida al español por Vicuña Navarro, Rodrigo, La sociedad del espectáculo, Ediciones Naufragio, Chile, 1995, p.25].

[4] Un estudio más amplio acerca de cada uno de los componentes del concepto de “datos personales” puede verse en el Dictamen 4/2007 sobre el concepto de datos personales, elaborado por el Grupo de Trabajo del Articulo 29 de la Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, adoptado el 20 de junio.

[5] Cabe hacer mención, para que la información sea considerada como datos personales no es necesario que esté recogida en una base de datos o en un fichero estructurado. También la información contenida en un texto libre en un documento electrónico puede calificarse como datos personales, siempre que se cumplan los otros criterios de la definición de datos personales. El correo electrónico, por ejemplo, contiene datos personales. Vid. Directiva 95/46/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la Protección de las Personas Físicas en lo que respecta al Tratamiento de Datos Personales y a la Libre Circulación de estos Datos, aprobada el 24 de octubre de 1995.

[6] Término recogido por Jeff Jarvis, en su obra titulada PublicParts, Nueva York, Simon&Schuster, 2011 [Traducido al español por Padín, Adela, Partes Públicas. Por qué compartir en la era digital mejora la forma en que trabajamos y vivimos, Barcelona, Grupo Planeta, 2012].

[7]Ibídem, p. 19-25.

[8] La nota sobre este caso apareció bajo el título “TwoOconeedeputiesgoneafter sex talk, Facebook contactwithinmate”, Online Athens Banner-Herald, de 12 de agosto de 2012, se encuentra en la página web: http://onlineathens.com/  [accesada el 29 de agosto de 2012].

[9] La nota titulada “Virginsacks 13 over Facebook ‘chav’ remarks”, fue publicada en TheGuardian, el 1 de noviembre de 2008, puede verse en la página web: www.guardian.co.uk/

[10] Tanto el video como la nota completa aparecen bajo el título “El video de una joven que se suicida conmociona al mundo”, El periódico, edición digital, de 18 de octubre de 2012, en la página web: www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/video-una-joven-que-suicido-tras-ser-acosada-conmociona-internet [accesada el 18 de octubre de 2012].

[11]Ídem.

[12] En la página web: www.onlineprivacyfoundation.org/media/ [accesada el 2 de septiembre de 2012].

[13]Vid. Morozov, Evgeny, El desengaño de Internet. Los mitos de la libertad en la red, Destino, Madrid, 2001, pp.193-222.

[14] De su análisis durante un mes de un total de 12.224 imágenes y vídeos, demostrando así que este material había sido copiado de la fuente original para posteriormente publicada en otro espacio, la mayoría en webs pornográficas. El informe completo puede consultarse en la página web: www.iwf.org.uk/about-iwf/news/post/334-young-people-are-warned-they-may-lose-control-over-their-images-and-videos-once-they-are-uploaded-online

[16]Cfr. Tene, Omer y Polonetsky, “Bid data for all: Privacy and user control in the age og analytics”, Northwestern Journal of Technology and Intellectual Property,september 20, 2012, el textocompletopuedeconsultarse en la página web: www.law.northwestern.edu

[17] La minería de datos, esto es, la creación de perfiles es una tarea realizada por los Numerati, considerados como los nuevos psicólogos, antropólogos, sociólogos y semióticos, matemáticos, buscan crear un perfil de cada persona. Buscan descifrar el ADN digital de todo ser humano en base a la estela de información que dejamos al utilizar nuestras tarjetas de crédito, de cliente frecuente, los celulares o realizamos una búsqueda en internet. Recogen todos estos datos, crean algoritmos para a partir de ellos elaborar etiquetas «personales».Un estudio más amplio sobre el tema puede verse en la obra de Baker, Stepehen, Numerati. Lo saben todo de ti, Ediciones temas de Hoy, Madrid, 2011.

[18] Ahora el reto para el desarrollo de software para reunir y analizar la información disponibledentro de las empresas con otros datos disponibles en otras entidades como gobiernos, centro de investigación y otras compañías para predecir escenarios futuros que permitan tomar decisiones correctas sin que sea demasiado tarde para evitar resultados no deseados. A esta tendencia se le conoce como “analítica de datos”. Más información al respecto puede verse en la página web: http://www-01.ibm.com/software/data/2012-conference/

[19] Su página web: http://www.acxiom.com/

[20]Vid. Walbrige R., “How safe is Your Facebook profile? Privacyissues of online social networks”, TheANU, UndergraduateresearchJournal, vol. 1, 2009; y, Duaso Calés, Rosario, “Redes sociales y vida privada: una ecuación posible”, en Gregorio Carlos y Ornelas Lina, Protección de datos personales en las redes sociales digitales: en particular de niños y adolescentes. Memorándum de Montevideo, México, Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales/Instituto de Investigación para la Justicia, 2011, pp. 196-208.